¿Recuerda usted las reuniones de Tupperware’ que generalmente se organizaban en casa de alguna señora, y a las que concurrían amigas, conocidas o vecinas para admirar y comprar alguno o varios de los distintos recipientes platicos? Si usted tiene 40 años o más, conocerá usted mismo estos eventos, que fueron un furor en las décadas de los 70 y 80. Y si es más joven, pregúntale a alguien mayor de su familia, quien sin duda los recordara.
Si analizamos las famosas ‘reuniones de tupper’, podríamos decir estas constaban de los siguientes elementos esenciales:
1. Un lugar físico donde se llevaban a cabo la reunión, es decir, la casa de alguna persona. La lejanía y las capacidades del domicilio limitaban, sin embargo, la cantidad de asistentes al evento.
2. El formato de las reuniones. Las mismas eran escenificadas como verdaderas “fiestas”, donde no pocas veces el anfitrión o quien abría las puertas de su hogar para la celebración de estos eventos ofrecía comida y bebida.
3. El presentador, que no necesariamente era el anfitrión. Esta era la persona que representaba a la empresa y que estaba capacitada para interesar y entusiasmar a los invitados con el objetivo de que adquieran los productos, decidieran compras o realizaran pedidos en el marco de la reunión.
4. La exhibición de los productos en el marco del evento. Esta no se llevaba a cabo mediante fotografías o folletos. Los contenedores plásticos eran presentados y exhibidos durante la reunión.
La tecnología ha trasformado por completo nuestras vidas. Esto resulta indiscutible. Pero algunas cosas parecen no haber cambiado demasiado. Las ‘viejas’ ‘reuniones de taper’, que hoy nos resultan de la edad de piedra, se asemejan bastante a los eventos online que se llevan a cabo en todos los lugares del mundo y, que por sus características, reciben la denominación común de shoppertainment.
Traducido directamente al castellano, shoppertainment indica un evento de entretenimiento cuya meta no se acaba en la diversión de la audiencia, sino que tiene como fin último generar compras del producto o servicio presentado en el marco de dicho evento.
Esta modalidad ya está instalada y arraigada fuertemente en el mercado asiático desde 2017, pero tuvo un desarrollo global exponencial a consecuencia de la pandemia del COVID- 19’.
En un principio, este tipo de eventos era genéricamente denominado “livestream (o live stream) shopping”, pero su expansión derivo en el nombre propio de soppertainment.
Resulta muy interesante enumerar y comprar los componentes del shoppertainment de nuestra era tecnológica con aquellos de las antiquísimas fiestas de ventas domésticas:
1. La plataforma para la trasmisión en vivo del evento (live stream platform)
En aquellos días, cuando no había computadoras, los invitados se trasladaban al lugar donde se llevaría a cabo el evento. En la era tecnológica, no es necesario reunirse en forma física. El interesado en asistir lo hace de manera virtual, accediendo a la llamada “plataforma para la trasmisión en vivo” (live stream platform).
Esto no es algo que nos sorprenda. Las trasmisiones en vivo y en directo se llevan a cabo hace más de 50 años y accedemos a ellas mediante nuestros televisores. Lo que hace totalmente distintivo al shoppertainment es que el participante del evento emitido en tiempo real (live stream) no solamente recibe la trasmisión, sino que toma partes en esta, interacciona con otros participes, sean los presentadores del evento u otras personas conectadas. Las formas de entrar en contacto son muy variadas, yendo del simple “like” hasta tomar parte en juegos, sorteos, preguntas o pedidos al presentador para que este demuestre, explique o detalle cómo se usa el producto o servicio ofrecido, etc.
2. La cantidad de asistentes al evento
Antes del salto tecnológico, la asistencia al evento y la interacción del participante con el vendedor se restringía a una ubicación geográfica determinada. Es decir, el evento tenía lugar en la casa de una persona, por lo que surgía problemas como no poder concurrir por la distancia o que la cantidad de participantes estaba restringida al espacio físico disponible.
Hoy, los eventos se trasmiten en vivo a todo el mundo; no existen límites en cuanto a la cantidad de asistentes. Nos encontramos en la era de la ubicuidad, donde el internet salto la valla de la restricción geográfica y los eventos pasaron a ser “ubicuos”, es decir, se llevan a cabo “en todo lugar”. Esto trae la absoluta ventaja de poder ofrecer el producto o servicio a nivel global. Comparado con una simple reunión en un domicilio, la oferta de productos a un público indeterminado resulta clave para las empresas que planean conquistar mercados y/o expandirse. Las restricciones que aún existen son las que deriva de la disponibilidad del producto o servicio en determinados lugares geográficos, lo que normalmente se soluciona restringiendo la emisión del evento al mercado que le interesa al oferente.
3. El formato del evento
Recordando aquellos días previos a la era tecnológica, las reuniones para la venta de productos debían tener un formato “Festivo”, que generara entusiasmo y, de esta manera, compras. De hecho, en países anglosajones y en Alemania, dichas reuniones eran directamente denominadas ‘fiestas’ (de tupper).
Este carácter festivo se ha mantenido inalterable. Generar un estado psicológico propicio para que los asistentes compren lo ofrecido constituye un elemento primordial e invariable.
4. El presentador del eventos
Mientras que las conductoras de aquellos eventos pretecnológicos eran representantes de la empresa, los presentadores de la era tecnológica no lo son. Los productos y servicios son presentados por “influencers”.
Se denomina influencers a una persona que posee popularidad en las redes sociales y que cuenta con gran cantidad de seguidores.
Las empresas que apuntan al shoppertainment para la venta de sus productos o servicios generalmente se asocian con un influencer para penetrar en los mercados que les interesan. El influencer juega un rol decisivo en la promoción del bien o servicio, ya que desde el punto de vista psicológico, el cual ha desarrollado previamente un vínculo emocional de confianza o afecto. Este se genera a partir de que el seguidor del influencer ya ha visto videos del mismo o participado en sus actividades online.
Sobre esta base, lo que el influencer haga o publicite será percibido con simpatía y atención. Podría pensarse que las empresas ya reconocidas mundialmente no necesitan de la asociación con un influencer para la venta de sus productos o servicios; sin embargo, estas también suelen asociarse a los mismos y utilizan plataformas live stream populares en determinados países para penetrar o profundizar su presencia en estos mercados. Para dar un ejemplo, el 26 de marzo de 2020, Louis Viuitton contrato la influencer china Yvonne Ching para comenzar con sus trasmisiones en vivo mediante la plataforma live stream “Little red bock”.
La influencer comenzó a su transmisión con las palabras “¡Bienvenidos a la transmisión en vivo de verano de Louis Vuitton!”, vestida completamente con productos de la marca. Maybelline, por su parte, realizo en Asia un mega evento, utilizando nueva plataforma para su transmisión en vivo y contratando a varios influencers, simultáneamente”.
5. La compra del producto o servicio
una característica que en retrospectiva tampoco ha variado, que es clave en este tipo de eventos es el estado psicológico que debe generar el influencer para lograr la compra de los artículos o servicios en el marco temporal del evento. Este debe despertar en los participantes una sensación de “urgencia” por comprar. Descuentos, ofertas y advertencias de stock limitado suelen ser las estrategias más comunes. Sin bien la exhibición de los productos no pueden llevarse a cabo de forma material la tecnología digital ha subsanado este déficit por medio de trasmisiones de alta definición y tratamiento de las imágenes que se exhiben en pantalla.
Finalmente, un aspecto central para lograr el objetivo de las ventas consiste en que la plataforma live stream cuente con un acceso simple y sencillo, absolutamente friendly para pagos online.
La capacidad de venta por un evento en formato shoppertainment es inimaginable. Ya en 2017 se calculaba que, en un lapso de 90 minutos, podían generarse más de 40 millones de dólares en ventas. Forbes reporto que la transmisión del evento “Global Shopping Festival”, llevado a cabo el 11 de noviembre de 2020, genero 6 mil millones de dólares en ventas. CONCLUSION Si bien la tecnología no ha cambiado los aspectos humanos de la compraventa-como un interesado en productos, un vendedor entregado y un estado mental para generar negocios-, si ha posibilitado que el interesado concurra “virtualmente” a cualquier evento, donde sea que este se celebre, que las ventas aumenten de manera exponencial con la inversión de un influencer y que prácticamente no existan limitantes a la hora de calcular las ganancias potenciales de cada evento; ni siquiera el cielo. Contacto
Miguel Navarro | Socio Líder
Tel. 444 176 2624
Commenti